Bienvenidos al tren

Me levante como todos los jueves sin ganas de salir al mundo exterior. Me negaba a abandonar el refugio sabanezco. La ducha me ayudo a salir y asi es que tome el 343 pensando en los 40 minutos que separaban mi ascenso de mi descenso. Busque en mi mp3 alguna melodia armoniosa, el acento ingles de Blur me pareció apropiado. Mis ojos se entrecerraban mientras repasaba la rutina que me esperaba, pensaba en cuan lejos estan las vacaciones y miraba como el paisaje urbano se transforma, de Ballester en Malaver, de San Andres en San Martin. Me entredormi y empece a soñar que cabalgando un pegazo entraba a Babilonia, acto seguido como en un cuadro de Dali todo se derretia y corria por un campo verde bajo el tibio sol de un mediodía lejano. Abrí los ojos y ví la adusta cara de Yrigoyen, la sonrisa de Perón, la belleza de Evita y el gesto incolumne de San Martín, me despereze y me dí cuenta que estaba pasando por la Plaza de la Unión Nacional en Caseros. Calculé que me faltaban unos minutos para bajarme y me entreduermí un rato mas. Baje del colectivo, hice fila para sacar boleto y alli llegó el primer aviso premonitorio, el boletero puso el fatidico cartel de "Servicio con demoras en ambos sentidos". Saqué boleto igual y subí las escaleras cuando escuche que se acercaba un tren, pense que lo perdía cuando ví que siguía en la estación, subi y me sente. A los pocos minutos un mensaje de texto me alerta de lo que esta pasando "Guarda que el sarmineto tienen un kilombo groso". Sigo esperando y veo que la gente comienza a movilizarse, bajan, suben, buscan una respuesta, sigue parado, avanza? Llamo al colegio y le aviso a la secretaria que no voy a poder entrevistarme con la señora de Hermida, la mama de Santy, ni tampoco voy a llegar a hora, me pregunta para cuanto tengo y mi respuesta es: "No soy gerente de TBA, ni idea". Un viejito me mira con cara de circunstancia y me dice "yo lo tome en Castelar y no me dejaron bajar en Ramos. Al final tenian razon cuando querian llevar la capital a la Patagonia. Aca hay mucha gente, esto es un mar de gente, tendriamos que mandar un poco de gente a otro lado" Yo pense, "un alfonsinista de los pocos que quedan". El tren arranco y a paso de hombre llego a Ramos Mejia, alli de detuvo para nunca mas arrancar. La estación estaba llena de gente, de punta a punta, las paradas de los colectivos tenian cuadras de cola y la boletería del tren estaba rodeada de gente que queria el importe del boleto y comprobantes laborales, se escuchaban quejas y "aca no te dejan laburar", "siempre es igual", "cuando no se para el tren se retrasa". Me tire de cabeza a un colectivo que no tenia gente en la parada y saque boleto hasta Castelar cuando me llega un nuevo mensaje de texto "en Merlo incendiaron un tren, en Castelar hay tiros y piedradas, quilombo mal, no vayas para alla". Me baje en Morón, pedí un certificado laboral en la estación y me fui caminando al colegio, caminando bajo el sol mañanero del oeste, pase por Tribunales donde carteles decian "Padre rezamos por usted". De pronto pense en Hard Comunication, en el Sheraton, en Clarin y en los chiquitos con las caras borrosas para preservar su identidad. Que loco esta todo. Llegue al colegio, conte que estaba pasando y en ese momento mas de una persona levanto el telefono para ubicar a sus seres queridos, que casualmente habian tomado el tren. Subi hasta el aula de 2do. Año, los chicos me dijeron que no debo trasnochar porque sino no me levanto al dia siguiente y les conteste que no me quede dormido sino que me entretuve incendiando un tren en Merlo. Quedaban 5 minutos de clase y solo tuve tiempo para dar las indicaciones para el viernes: Chicos, mañana seguimos con la Revolución Industrial, lean el capitulo del libro que se llama el Boom Ferrroviario.