viernes, 17 de octubre de 2008

Serás lo que debas ser


Mi tesoro adorado:

Solo cuando nos alejamos de las personas queridas podemos medir el cariño. Desde el día que te deje alli con el dolor más grande que puedas imaginar no he podido tranquilizar mi triste corazón. Hoy se cuanto te quiero y que no puedo vivir sin vos. Esta inmensa soledad esta llena de tu recuerdo. Hoy he escrito a Farrell pidiendole que me acelere el retiro. En cuanto salga nos casamos y nos iremos a cualquier parte a vivir tranquilos. Por correo te escribo y te mando una carta para entregar a Mercante. Esta te la mando con un muchacho porque es probable que me intercepten la correspondencia. De casa me trasladaron a Martín Garcia y aquí estoy no se porque y sin que me hayan dicho nada. ¿Qué me decis de Farrell y de Avalos? Dos sinvergüenzas con el amigo. Asi es la vida. En cuanto llegue lo primero que hice fue escribirte. No se si habras recibido mi carta que mande certificada. Te encargo le diga a Mercante que hable con Farrell para ver si me dejan tranquilo y nos vamos a Chubut los dos. (...)

Viejita de mi alma, tengo tus retratitos en mi pieza y los miro todo el día, con lágrimas en los ojos. Que no te vaya a pasar nada porque entonces habrá terminado mi vida. Cuidate mucho y no te preocupes por mi; pero quereme mucho que hoy lo necesito mas que nunca.

Tesoro mio, tene calma y aprende a esperar. Esto terminara y la vida sera nuestra. Con lo que yo he hecho estoy justificado ante la historia y se que el tiempo me dara la razon. Empezare a escribir un libro sobre esto y lo publicare cuanto antes; veremois quien tiene razon. El mal de este tiempo y de este país son los brutos y tu sabes que es peor un bruto que un malo. Bueno mi almaquerria seguir escribiendo todo el día, pero hoy Mazza te contara mas que yo. Falta media hora para que llegue el vapor. Mis últimas palabras de esta carta quiero que sean para recomendarte calma y tranquilidad.

Muchos, pero muchos besos y recuerdos para mi chinita querida.

Perón

Esta carta fue escrita por Juan Domingo Perón a Evita desde su detención en Martín García. Sus planes eran otros pero el destino marcó otro rumbo. La jornada del 17 de octubre de 1945 cambió la historia de nuestro país pero también y sobretodo la de ese hombre y esa mujer. Como afirma la Teoría del Caos: "Se ha dicho que algo tan pequeño como el aleteo de una mariposa puede causar un tifón en algún lugar del mundo".

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