Un país con pocas luces

Para los seguidores de "Los Simpson" no será dificil recordar el capítulo en el que en pleno verano el calor es agobiante, todos los habitantes de Springfield hacen uso del aire acondicionado y los ventiladores llevando a una sobreexigencia del sistema electrico. Ante el pedido de racionamiento de Lisa, Homero enchufa un Papá Noel que termina por colapsar el sistema. El apagón es general y a este acontecimiento le sucede una ola de delincuencia. La población se convierte en turba y saquea cuanto negocio esta a su paso. Desde la terraza de su casa la familia Simpson lo ve todo y en el momento en el que la policia llega a reprimir Lisa exclama: "Aquí termina el estado de derecho".

Una vez más Argentina es Springfield, muchas de las cosas que nos suceden parecen salidas de los guionistas de la serie norteamericana: la ciudad llena de humo, un granizada de proporciones, la contaminación del Riachuelo, los empresarios a lo Burns, si hasta el Alcalde Diamante podría competir en una interna del Partido Justicialista bonaerense.

Pero en este caso el tema es la electricidad. No puede ser que a ocho años de iniciado el siglo XXI en nuestro país colapse el sistema electrico en verano, hecho que sucede año tras año. Esto demuestra la imprevisión, el atado con alambre tan argentino. Los responsables son por demas conocidos: las empresas que no invierten, que recibieron regalada la vieja SEGBA, que no han hecho una obra más que atar con cinta aisladora uno que otro cable. Y el gobierno que no controla, no exige y tampoco hace lo suficiente en infraestructura.

Las propuestas para solucionar el tema van desde el aumento de tarifas que propone Antonio Lage desde su programa de radio "porque aqui se paga muy poco y las empresas no ganan lo suficiente" hasta la expropiación que es bandera del arco político más a la izquierda que va desde el Frente para la Victoria hasta la Izquierda Unida.

Se necesitaría en primer medida escuchar a los técnicos, a los especialistas en el tema, que los hay y muy buenos, aquellos que ponen contrapeso en la balanza de un país con pocas luces.