Hoy se cumple un aniversario más de la Batalla de Caseros, fecha fundacional de nuestra historia, ya que marca la caida del régimen de Juan Manuel de Rosas tras años de gobierno firme, y la puesta en marcha de la mentada organizacion nacional. En la historia elaborada por los liberales, con Mitre a la cabeza se marca esta fecha como el fin de la barbarie y el inicio de un periodo que llevó a la panacea que fue el régimen conservador. Periodo en el cual la oligarquía amazaba fortuna sobre el trabajo de criollos e inmigrantes que se agolpaban en ranchos y conventillos.
La caida del régimen rosista comenzo con el Pronunciamiento de Urquiza en 1851, cuando ademas de desconocer la autoridad del gobernador bonaerense comenzó a formar el Ejercito Grande que se enfrento a los ejercitos rosistas en los actuales terrenos de El Palomar, partido de Morón. La batalla en realidad se llevó a cabo en una extensión muy amplia que comprendio las localidades de Caseros, Tropezón y San Martín.
Victorioso Urquiza entro vencedor a Buenos Aires con los ejercitos federales tras la partida de Rosas y su familia al exilio. Para emprender la tarea de la organizacion institucional de la confederacion y sabiendo que necesitaria el apoyo de amplios sectores el general vencedor pronuncio la frase: Ni vencedores, ni vencidos. Marcando el espiritu de reconciliación nacional, utopía siempre buscada por nuestro país. Aquella frase fue vuelta a pronunciar por el presidente de facto Lonardi tras el derrocamiento del gobierno constitucional de Juan Domingo Perón. La asociación era util para la Revolución Libertadora: Perón era un dictador como Rosas y ellos venian a hacer cumplir la constitucion como Urquiza. La historia nuevamente fue utilizada como legitimadora del régimen.
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