El carismático y sagaz jefe de Gabinete del gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, reafirmó ayer que el Ejecutivo que encabeza Mauricio Macri "no escucha a nadie" y reiteró su pedido para que la Justicia "investigue a fondo" en la causa por el espionaje telefónico realizado por el ex policía Ciro James a un dirigente de la comunidad judía, a empresarios y políticos opositores.
Su sínica afirmación no solo va a contramano de la realidad sino también de la investigación llevada a acabo por el juez Norberto Oyarbide en la que el gobierno porteño es acusado de escuchar ilegalmente al mismisimo Rodríguez Larreta, a la vez que también al secretario general del gremio de los trabajadores municipales, Patricio Datarmini y a legisladores opositores como Silvia La Ruffa (Identidad Porteña), Diana Maffía (Coalición Cívica) y Gonzalo Ruanova (Espacio Plural).
Con este hecho cae una de las banderas que el PRO levantó en la campaña por la jefatura de gobierno porteña. Es a todas voces sabido que no son prioridades de Mauricio ni los Derechos Humanos ni la Política Social(Párrafo aparte merece la campaña de política social del gobierno porteño: las madres deben amamantar a sus hijos). Pero sí se hablo mucho de la eficiencia y el gerenciamiento eficaz de los recursos, ambas consignas no solo se esfuman ante un gobierno de mediocre a malo en lo municipal - baches, educcaión y salud pública desfinanciadas, ni una estación de subte inagurada - sino también frente al escandalo con una fuerza policial que sin haber salido a la calle aún, ya cuenta con una causa en su contra por escuchas ilegales al mejor estilo SIDE de los '90 y con la remosión de dos jefes, uno de ellos nada más y nada menos del riñon del macrismo e implicado en el atentado a la AMIA y a la represion durante la última dictadura militar.
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