Compañeros: con profundo dolor he recibido la
noticia de una irreparable pérdida para la causa de los pueblos que luchan por
su liberación. Quienes hemos abrazado este ideal, nos sentimos hermanados con
todos aquellos que en cualquier lugar del mundo y bajo cualquier bandera,
luchan contra la injusticia, la miseria y la explotación.
Nos sentimos hermanados con todos los que con valentía y
decisión enfrentan la voracidad insaciable del imperialismo, que con la
complicidad de las oligarquías apátridas apuntaladas por militares títeres del
pentágono mantienen a los pueblos oprimidos.
Carta del Gral. Juan
Domingo Perón tras la muerte de Ernesto Che Guevara.
Vi la imagen y el nombre de
Chávez, por primera vez en 1992, cuando los diarios argentinos daban cuenta del
intento de golpe de estado en Venezuela, se decía que un sector militar había
llevado a cabo una intentona pero que la democracia había sido resguardada con
el triunfo de las fuerzas leales al gobierno. Lo que no se decía en ese entonces
es que esa democracia estaba viciada por la corrupción y la injusticia social
que tenía en la pobreza a millones de venezolanos mientras las clases altas y
la oligarquía disfrutaba de los beneficios de vivir sobre barriles de petróleo que
vendía a precio vil a las potencias extranjeras. Luego, ese militar “golpista”
se presenta a elecciones a fines de los ’90 y gana. No era como los militares
golpistas de estas tierras que daban cuartelazos para defender los intereses de
los sectores concentrados de la economía ni meros títeres de la embajada de los
EEUU. Este militar devenido en presidente constitucional comienza a hablar de
socialismo, de la Patria Grande, desempolva aquel sueño que tuvieron Bolivar,
San Martín, Artigas, Martí. Durante décadas ese sueño había dormido el sueño de
los justos y este venezolano en las puertas del siglo XXI se declara bolivariano,
menciona en sus discursos no solo a Bolivar y San Martín, sino que habla del
Che, de Perón, de la Revolución Cubana. Ya no estaría solo Fidel denunciando la
tragedia del neoliberalismo en cada cumbre iberoamericana hegemonizada por
presidentes alineados a la derecha de la economía y de la política. Chávez
dijo: “Fuera demonio del Neoliberalismo de América Latina” y fue la punta de la
dirección en la que comenzó a caminar la región cuando las economías de libre
mercado estallaron por los aires dejando el tendal de pobres y excluidos, como colorario
de la década de los ’90 en que el FMI dictaba las políticas a llevar a cabo. De
esta manera se convirtió en el enemigo a demonizar, desde el centro y a nivel
interno, como dice Jauretche, para que haya colonialismo se precisa una
potencia opresora y socios cipayos. Ellos fueron los que alentaron el fallido
golpe de estado contra Chávez en 2002, cuando la oposición que le reclamaba
democracia golpeó la puerta de los cuarteles y con la complicidad de los medios
de comunicación pretendieron ponerle punto final a la transformación del país. Cuatro
países fueron los primeros que se pronunciaron frente al golpe, Estados Unidos
y España reconociendo al gobierno golpista de Carmona, que a nivel interno
contaba con el apoyo de empresarios, medios de comunicación y fuerzas armadas
rebeldes. La Argentina de Duhalde y el Brasil de Lula repudiaron el golpe y al
gobierno surgido de él. Pero las horas pusieron las cosas en su lugar y el
pueblo venezolano se volcó masivamente a las calles y debieron liberar al
presidente quien volvió a tomar el poder y a revalidar su cargo ganando en
elecciones limpias y populares cada vez con más porcentaje, llegando a casi el
55% en las últimas en que se presentó. Su legado es dejar una Venezuela y una
América Latina más justas, en su país redujo la pobreza, y mediante políticas
sociales incluyó a miles de venezolanos al sistema haciendo que accedan a
derechos básicos como la salud, la educación y la vivienda. A nivel regional
bregó por la integración de los países, ayudó económicamente a Bolivia, Cuba y
Argentina. Se enfrentó al imperialismo yanqui de Mr Danger como calificó a Bush,
le regaló un ejemplar de Las Venas Abiertas de América Latina a Obama, sacó de quicio
al Rey Juan Carlos de España que quiso callarlo como quisieron callarlo cada
uno de los defensores del neoliberalismo y el imperialismo al cual Chávez se
opuso levantando las banderas de Tupac Amarú, Sandino y los padres fundadores
de las naciones americanas. A él le debemos que el proyecto imperialista del
ALCA se fuera ALCA Rajo como lo anunció tras la cumbre de Mar del Plata en la
que junto con Kirchner y Lula le dejaron en claro a EEUU que no había apoyo a
tal proyecto y que nosotros optábamos por el Mercosur, la Unasur y el Alba. Fue
un gran amigo de Fidel Castro, de Maradona, de Néstor y de Cristina, fue un gran amigo del pueblo argentino,
fue un gran amigo de los pueblos del mundo. Fue un gigante que ayer, en una
jornada triste para América Latina, pasó a la historia. Gracias Comandante por
haber hecho de estas tierras un lugar más justo. Descansa este guerrero de la
causa de los pueblos y como dijera Silvio Rodríguez andará con “el espectro de Sandino, con Bolívar y el Che.”