En 1936 el entonces Capitán Juan Domingo Perón fue designado
como agregado militar en la embajada argentina en Santiago de Chile. En sus dos
años de estadía, cumpliendo funciones diplomáticas para el gobierno del Gral.
Justo, el joven capitán obtuvo valiosa información sobre ciertos planes
expansionista de Chile en la Patagonia. El gobierno trasandino llegó a efectuar
una denuncia sobre actividades de espionaje argentino en el año 1938 cuando
Perón ya estaba de regreso en Buenos Aires. Lo particular de esta historia es
que quién reemplazó y prosiguió con la labor llevada a cabo por Perón, fue el
entonces Mayor Eduardo Lonardi. Quien
sorprendido en plena negociación con doble agentes chilenos fue obligado a
abandonar el país. Años más tarde, en septiembre de 1955 el Gral. Lonardi será
quien encabece el Golpe de Estado que alejaría de la presidencia al Gral. Perón.
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