lunes, 28 de junio de 2010

El otro mundial

En tiempos de mundial, no solo en Sudafrica se enfrentan los paises. En Toronto, Canadá, finalizó la Cumbre del G-20 en la que Argentina al igual que su Selección Nacional de Futbol jugó un papel destacado. La delegación encabezada por la Presidenta CFK fijó su postura, claramente opuesta a las recetas ortodoxas de los organismos internacionales de crédito para la salida a la crisis económica mundial. La Presidenta celebró que "no se legitimó" el ajuste fiscal como solución a la crisis y se incluyó la necesidad de defender la generación de "empleo digno" frente a las propuestas de flexibilización laboral.
Sobre las posiciones que convivirán en la declaración, la mandataria afirmó que por un lado estará "la de los que creemos que no hay que insistir en el ajuste" y, por el otro, "la otra, que mantiene las viejas recetas en ese sentido". Como en el encuentro por cuartos de final que se jugará el próximo sábado, la imagen de Cristina Fernandez se para frente a la de Angela Merkel, abanderada de las políticas de ajuste.

La Presidenta pidió a sus colegas del G-20, que integran las naciones industrializadas y las principales economías emergentes, que "no le suelten la mano a ningún país" que esté atravesando una crisis económica, porque advirtió que "eso sería una tragedia", para ello recordó que "a la Argentina le soltaron la mano en 2001" para exponerla "como escarmiento y conejillo de indias" ante el resto del mundo, y remarcó que en esa decisión "tuvo responsabilidad la entonces gestión del Fondo Monetario Internacional (FMI)", a cargo de Anne "Freddy" Kruger.

Cristina expuso en detalle las consecuencias que había tenido para la Argentina el ajuste realizado antes de la crisis de 2001, al considerar que hay una similitud entre esas condiciones y las que tiene hoy la eurozona, con alto déficit fiscal y endeudamiento: las medidas de incremento de impuestos, flexibilización laboral y recorte de salarios, entre otras, aplicadas por el entonces gobierno nacional "no fueron la solución porque eran problemas estructurales". Argentina optó por otras medidas, duramente criticadas tanto a nivel externo como interno, sin embargo, nuestro país posee en la actualidad, a nueve años de esa crisis, "superávit fiscal y comercial".

De esta manera tanto en Sudafrica como en Toronto, Argentina hizo y hace un gran papel frente a las potencias del mundo.

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